¡YO SOY!
Yo soy la
creación de la Fuente Divina. Yo soy Paz. Yo soy Amor. YO SOY.
¿Por
cuantos "yos" pasamos en la vida? ¿Nos damos cuenta de como vamos
cambiando de yo? ¿Tenemos conciencia de quién soy yo en realidad?
¿Por
cuántas etapas de "yo" pasamos? ¿Cuántos "yo" están dentro
de mi mente en este momento?
Existe el
"yo" inocente que todo lo ve con ojos de asombro, con deseos de saber
de qué se trata lo que está pasando a su alrededor, este yo es el que siempre debe estar presente. También existe el
"yo" victima de las acciones de los demás. ¿Quiénes son esos
"demás"? Todos tenemos ese mismo nombre, "yo". Me
identifico con el "yo", me defino como alguien separado de todo a mi
alrededor.
Todos los
"yo" que vamos encontrando durante la vida los hemos creado para
llegar a experimentar algo determinado. Cuando en mi plan quiero saber qué es
lo que es carencia, las circunstancias que mi ser va creando llevarán el rumbo
para que experimente precisamente éso. Si quiero saber qué es la alegría, mis
otros "yos" se presentarán en mi entorno y harán de mi estancia un
mundo feliz.
La cara
(el yo) que doy al mundo es muy compleja. Está creada de las experiencias por
las que hemos pasado. Cuando jóvenes no tenemos aún definida la conciencia y
nos convertimos en algo que no somos. Ahora, ¿cuál es el yo que quiero vivir?
Mucha
gente tiene miedo a estar a solas, a solas consigo mismo. Miedo a pensar quién
es y cuál es el papel a desempeñar y experimentar en la vida. El ego, la mente,
se convierte en nosotros y nos domina al grado de no dejarnos ver en realidad
quién es ese "yo".
Es como si
existieran dos personas dentro de la cabeza. La que vive en el mundo material
que se deja dominar por las ambiciones y emociones y la espiritual, el
verdadero yo, quien está siempre presente guiando nuestros pasos. En nuestra
mente están las dudas, queremos gozar los placeres que nos ofrece el mundo y
nuestro yo interior nos está advirtiendo de los peligros. Dudamos qué es lo
mejor, deseamos algo con tanta fuerza que no importa doblegar tu seguridad para
obtenerlo.
Abramos los brazos al yo interior. Dejemos
que nuestro yo espiritual maneje las situaciones. Que el amor sea el dominante
en nuestras vidas. Al dejar que el amor y el agradecimiento rijan permitiremos
que éste se refleje en nuestro mundo. Somos lo que queremos ser. Es decisión
nuestra lo que iremos viendo desarrollarse a nuestro alrededor. Tengamos la certeza de que cada paso que damos va encaminado hacia nuestro destino final. El destino final es la felicidad infinita de reunirnos con nuestro creador.
Yo soy Yo.
Nada ni nadie puede cambiar mi origen. Yo soy la Abundancia Divina. Yo soy
Todopoderoso. Yo soy la Luz del mundo.
Yo soy Tú.
Yo soy Amor.
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