martes, 25 de agosto de 2015

Yo

¡YO SOY!




Yo soy la creación de la Fuente Divina. Yo soy Paz. Yo soy Amor. YO SOY.

¿Por cuantos "yos" pasamos en la vida? ¿Nos damos cuenta de como vamos cambiando de yo? ¿Tenemos conciencia de quién soy yo en realidad?

¿Por cuántas etapas de "yo" pasamos? ¿Cuántos "yo" están dentro de mi mente en este momento?


Existe el "yo" inocente que todo lo ve con ojos de asombro, con deseos de saber de qué se trata lo que está pasando a su alrededor, este yo es el que siempre debe estar presente. También existe el "yo" victima de las acciones de los demás. ¿Quiénes son esos "demás"? Todos tenemos ese mismo nombre, "yo". Me identifico con el "yo", me defino como alguien separado de todo a mi alrededor. 

Todos los "yo" que vamos encontrando durante la vida los hemos creado para llegar a experimentar algo determinado. Cuando en mi plan quiero saber qué es lo que es carencia, las circunstancias que mi ser va creando llevarán el rumbo para que experimente precisamente éso. Si quiero saber qué es la alegría, mis otros "yos" se presentarán en mi entorno y harán de mi estancia un mundo feliz.

La cara (el yo) que doy al mundo es muy compleja. Está creada de las experiencias por las que hemos pasado. Cuando jóvenes no tenemos aún definida la conciencia y nos convertimos en algo que no somos. Ahora, ¿cuál es el yo que quiero vivir?
  
Mucha gente tiene miedo a estar a solas, a solas consigo mismo. Miedo a pensar quién es y cuál es el papel a desempeñar y experimentar en la vida. El ego, la mente, se convierte en nosotros y nos domina al grado de no dejarnos ver en realidad quién es ese "yo". 



Es como si existieran dos personas dentro de la cabeza. La que vive en el mundo material que se deja dominar por las ambiciones y emociones y la espiritual, el verdadero yo, quien está siempre presente guiando nuestros pasos. En nuestra mente están las dudas, queremos gozar los placeres que nos ofrece el mundo y nuestro yo interior nos está advirtiendo de los peligros. Dudamos qué es lo mejor, deseamos algo con tanta fuerza que no importa doblegar tu seguridad para obtenerlo.





Abramos los brazos al yo interior. Dejemos que nuestro yo espiritual maneje las situaciones. Que el amor sea el dominante en nuestras vidas. Al dejar que el amor y el agradecimiento rijan permitiremos que éste se refleje en nuestro mundo. Somos lo que queremos ser. Es decisión nuestra lo que iremos viendo desarrollarse a nuestro alrededor. Tengamos la certeza de que cada paso que damos va encaminado hacia nuestro destino final. El destino final es la felicidad infinita de reunirnos con nuestro creador.


Yo soy Yo. Nada ni nadie puede cambiar mi origen. Yo soy la Abundancia Divina. Yo soy Todopoderoso. Yo soy la Luz del mundo.

Yo soy Tú. Yo soy Amor.



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