¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo llegaste hasta este momento? ¿En algún momento imaginaste tu presente situación? ¿Pensaste en cómo se desarrollaría hasta el punto de realizarse?
Nuestros pensamientos son como una varita mágica. Todo lo que pensamos tarde ó temprano se vuelve realidad. Cuando nuestra mente crea un pensamiento de inmediato es enviado hacia el Universo que lo hace realidad. Cuando contradecimos nuestros deseos con pensamientos opuestos, llenos de dudas, se crea confusión y nuestro deseo se realiza en una forma que no era nuestro deseo inicial.
Comparemos nuestras vidas con un vaso con agua. Lleno, a medias, vacío, agua cálida ó fría, clara ó turbia. Nuestros pensamientos son las gotas de agua que van llenando ese vaso hasta rebozarlo. Cada gota cuenta, cada gota hará que nuestra vida sea la que hemos deseado. Gotas positivas ó gotas negativas, todo cuenta.
Concentrémonos en este momento, en cómo queremos que sean las cosas. Agradezcamos por todas las piedras con las que hemos tropezado y todas las bendiciones con las que nuestro corazón se ha expandido. El presente es lo que cuenta, lo que estamos viviendo en este momento, ahora.
Amemos nuestra vida, amemos la vida de los demás, amemos la naturaleza que nos nutre y protege, amemos nuestro trabajo. Sin que nos importe si los demás lo hacen, nuestro ser interior es el que nos guía hacia la realización de nuestro ser. Esa realización es la unión con nuestro Creador, ese Creador se llama Amor.
Dios está en mi, Yo estoy en Dios.
Dios es Amor, Yo soy Amor.
Todos somos Uno, Todos somos Amor.
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