jueves, 3 de septiembre de 2015

Confusión

Vemos a nuestro alrededor con nuestra visión tapada, tapada por todas las creencias que hemos ido adquiriendo a través de los años. Algunas auto-impuestas y otras adquiridas por enseñanzas y/o ejemplos de familia y maestros. Creemos que todo lo que nos enseñan es real, lo que vemos en internet es real, rara vez ponemos en tela de juicio en lo que estamos inmersos.

Vivimos confundidos por las máscaras que nos ponemos todos los días, la máscara de eficiencia en en trabajo, la de diversión con los amigos, la de apasionamiento con la pareja. No dejamos ver lo que hay en nuestro interior, nos sentimos vulnerables, ocultamos nuestro ser y dependemos de lo que los demás digan. Creamos un caos en nuestras vidas. Un torbellino que nos va llevando de un lado a otro sin darnos cuenta.



En la confusión de nuestros pensamientos que nos han arrastrado, no vemos la luz. Es como estar muriendo en vida, vemos la luz al final del túnel y nos resistimos a llegar a ella. Estamos confundidos en lo que queremos, actuamos en contra de lo que nuestra conciencia nos aconseja. Ciertamente lo que queremos es ser felices.


Al olvidarnos de nuestro ego, el cual sólo busca la satisfacción personal, y al eliminar querer tener y ser más que los demás, sentiremos la satisfacción de que lo que nos queda es llegar a nuestra meta, lograr ser felices con lo que tenemos y disfrutarlo. Asimismo, ayudar a las todas las demás personas a que logren ese mismo objetivo. Cuando vemos el lado bueno de todas las personas y todas las cosas, todo se resuelve. Estamos en nuestro camino hacia la realización, a la unión con la Divinidad.




Iluminemos nuestras vidas y las de los demás, amemos desde el fondo de nuestro ser a cuanta persona y situación se nos presente, agradezcamos por el placer de vivir en este maravilloso planeta.


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