¡Volver a Empezar!

Tener expectativas nos lleva a desilusiones. Siempre estamos creando historias en nuestra cabeza. Cuando no salen las cosas de acuerdo a como lo habíamos pensado nos sentimos mal y empieza la maquinita que hace ruido a trabajar horas extras. Solitos nos convencemos de lo que queremos, le voy a decir, me va a contestar, ésto va a resultar en..., quisiera que..., y así interminablemente.

                    

La batalla entre lo que vemos como realidad contra lo que siente el corazón es ardua. Una vez leí que lo que físicamente manda es el corazón y que el cerebro obedece a enviar todas las señales al cuerpo de acuerdo a lo que el corazón siente. ¿Será? También he leído que el cerebro recibe las imágenes y de ahí salen las señales al cuerpo y el cuerpo responde a estas señales. Si vemos algo que nos gusta empiezan las sensaciones de bienestar. No se diga cuando alguien nos gusta. Wow, esas si son excelentes sensaciones. ;D

Nuestro mundo es lo que nosotros queremos, lo que está dentro de nuestro Ser. El estado de nuestro Ser es la forma en que nos expresamos, el reflejo de nuestro Ser interior. No tiene nada que ver con lo que hemos hecho, con lo que estamos haciendo y lo que nos imaginamos que haremos en el futuro. Mucho menos tiene que ver con lo que los demás hagan o dejen de hacer. Tiene que ver con la calidad y la esencia de la energía que emanemos en este momento. ¿Es amor o es miedo?

Todo lo que expresamos proviene de cualquiera de estos dos puntos. Si estamos en el punto de miedo siempre podremos regresar al amor, en el momento que así lo decidamos.

Cada día, cada momento, nos ofrece un nuevo inicio. No esperemos a tocar fondo, podemos volver a empezar con sólo decidirlo, pensar que lo que queremos es vivir con paz, armonía y mucho amor. Agradezcamos todo que hemos aprendido y usemos las experiencias para mejorar nuestras vidas. Nunca es tarde, iniciemos esta nueva vida con la certeza y tranquilidad de que todo es para nuestro bien.

Les dejo la siguiente imagen que vi hoy, es lo que Dios nos dice:

¡Empecemos!