jueves, 15 de octubre de 2015

Etiquetas

Traemos pegadas un montón de etiquetas. Todas ellas auto-impuestas. Lo malo es que creemos lo que nos dicen y actuamos de acuerdo a ello.  Nos educan de cierta manera y creemos ciegamente lo que nos enseñan, sobre todo cuando somos niños y nuestro mundo gira alrededor de la familia. Nunca nos detenemos a pensar si es cierto o por qué nos están juzgando y criticando.


                     

Llevamos a cuestas las etiquetas y nos pesan mucho. Si soy buena, si soy hiriente, si soy creativa, si soy paciente, etc., etc. Generalmente lo que nos afecta negativamente es lo que mas recordamos. Al creerlo nos vamos amargando y la vida nos presenta el lado amargo. Recordemos que nuestros pensamientos crean nuestra realidad.

Perdemos nuestra identidad al convencernos de que lo que nos dicen es real. Poco a poco vamos cambiando y solitos nos hundimos. Vivimos en un mundo en el que la apariencia y los modelos son lo más importante. ¿Quiénes impusieron esas reglas? Una persona no es más importante porque sea rubia, o alta, o francesa, o tenga títulos universitarios. ¿Por qué el afán de presumir que tengo doctorados, maestrías, etc. cuando lo que cuenta es cómo te desempeñas en la vida?

Nuestro mejor consejero está dentro de nosotros. Es a quien debemos creer sin dudar por un instante que lo que sale de nuestro interior es lo correcto. La verdad es la que yace en nuestro corazón. Un corazón lleno de amor abre las puertas a nuestro bienestar. 


No sabemos cuánto tiempo estaremos en el mundo material, nuestro espíritu seguirá su camino cuando nuestro cuerpo deje de vivir. Dejemos que el espíritu guíe nuestra vida durante su estancia en la tierra. Dejemos que el amor sea el que marque el rumbo. Agradezcamos todas las experiencias y deshagamonos de las etiquetas que limitan nuestra capacidad. El Universo nos guía por el buen camino. Hay que hacerle caso.



1 comentario: