martes, 27 de octubre de 2015

Déjame convencerte

Cierra tus ojos, abre tu corazón. 
Déjame susurrar en tu oído que todo está bien, tal y como está ahora. 
Todo por lo que has pasado te ha llevado hasta este momento. 
Este momento es perfecto. 
Estás conmigo.
Dios.

¿Qué sentiste? Paz, certeza, tranquilidad, seguridad, un amor enorme que no cabe en el pecho.

Déjame convencerte que esto lo podemos sentir todos los días y a toda hora. Lo único que tenemos que hacer es dejar que nuestro Creador esté presente, que estos sentimientos estén presentes todo el tiempo, que tengamos al amor latiendo dentro de todo nuestro ser.



Tenemos al mundo en nuestro poder. Con nuestros pensamientos creamos todas las maravillas que tenemos a nuestro alrededor. Todo está a nuestro alcance. Nuestra vida se ve transformada con sólo desearlo, así que tenemos que definir lo que queremos manifestar.

Déjame convencerte que al tener la certeza de que el Universo está guiando nuestros pasos y que lo que suceda es para bien, todos los acontecimientos se irán acomodando. 

Las personas que cruzan por nuestro camino no son permanentes, algunas nos acompañan por largos períodos, otras para enseñarnos algo y muchas veces para que ellas aprendan. Lo mismo va para las situaciones, nada es permanente. Cuando nos separamos del amor podemos nublar nuestra visión y las cosas parecerán negativas.  

               

Déjame convencerte que lo mejor que podemos hacer para vivir una vida plena es llenarla de agradecimiento y amor. Teniendo la certeza de que todo paso que demos está encaminado hacia nuestro destino final que es la unión con nuestro Creador. Depende de nosotros hacerlo fácil ó difícil. Mientras más nos llenemos de luz más rápido se transformará nuestra vida. Pensamientos positivos llenando nuestra mente desde que despertamos es otra de las formas en que podemos colmar nuestra vida de amor.

Prueba durante una semana, déjame convencerte de que este es el camino. Al abrir los ojos da gracias por el nuevo día, por el aire, por la sensación de plenitud antes de que nuestra mente empiece a trabajar a cien por hora. En este momento mágico olvídate de tu cuerpo, es cuando podemos sentir el amor inagotable de nuestro Creador.



3 comentarios:

  1. Me ha dejado sin palabras! Bellisimo. Anabel Guzman, Roma, Italia.

    ResponderBorrar
  2. Soy Chavis del DF. No te imaginas cuanto me gusta tu blog. En hora buena!

    ResponderBorrar
  3. No es necesario convencerme. Estoy totalmente de acuerdo. Enrique D. Tijuana, BC

    ResponderBorrar