lunes, 26 de octubre de 2015

Sexo sin Protección




En la actualidad tenemos acceso a todo tipo de información sobre cómo protegernos físicamente cuando tenemos sexo y cómo disfrutarlo más intensamente. 

Primero tenemos que pensar la razón por la cual vamos a permitir a que alguien acceda a nuestra vida y a nuestra intimidad. ¿Calentura? ¿atracción física? ¿amor?

Nos protegemos contra enfermedades y embarazos no deseados. ¿Pero estamos protegidos mentalmente para tener sexo?

Escuché hace un rato una presentación acerca de ésto. Iniciamos una relación y por nuestra parte las ilusiones crecen, el amor aparece y después del sexo tu pareja se desvanece completamente de tu vida. Es algo que no esperabas y para lo cual no estabas preparado, contra el abandono. Quedamos dañados profunda y emocionalmente. No nos explicamos qué pasa ni qué hacer. Quedan recuerdos inundados de emociones, queda un corazón roto por el engaño. Sin olvidar que todas las personas tienen sus razones para sus acciones, debemos conocer qué es lo que queremos y dejarlo muy claro. 

                           

Pero, ¿por qué nos pasa ésto? Yo creo que perdemos nuestra identidad, nos entregamos incondicionalmente, nos cegamos ante la emoción, y luego nos sentimos traicionados y degradados, confundimos las situaciones y nos engañamos. Sin darnos cuenta muchas veces vamos creando en nuestra cabeza lo que queremos que suceda. Olvidamos que somos seres preciosos y que nuestro cuerpo es un santuario al que debemos adorar y que todas las personas con las que nos relacionamos deben respetar. Debemos valorarnos, en toda la extensión de la palabra. 

                     

Aquí es donde entra el valor, el orgullo y el amor propio. Debemos estar mentalmente preparados para evitar que haya daño en caso de una decepción. Podemos tener sexo estando conscientes de lo que estamos haciendo sin que nuestra felicidad y nuestra vida dependa de ello. No debemos perder de vista nuestro propósito de vida.                          
              
No olvidemos que Dios está respaldándonos en todas las situaciones. El no juzga, castiga ni condena, y debemos tener presente que nuestra paz emocional es más importante que las acciones que hayan causado alguna pena. 

En cualquier momento podemos regresar a nuestra paz, al amor inagotable del Universo. La verdadera protección viene de ahí, el amor inquebrantable viene desde el fondo de nuestro ser que es donde vive nuestro Creador. Este amor no engaña, no abusa ni traiciona. Este amor está disponible en el momento en que decidamos abrirnos a recibirlo y no habrá dicha más grande que la de darnos cuenta de que para desarrollar nuestra vida de servicio y ayuda lo único que necesitamos es recibirlo. 

Recibamos el amor del Universo con los brazos abiertos y dediquemos nuestra vida a expandirlo al mundo entero. La recompensa será que cada día recibiremos más y más. Eso es lo mejor de todo.



1 comentario:

  1. Me gusto mucho tu ensayo. Debemos proteger el cuerpo pero tambien el corazon.
    Saludos. Magda S. De Sonora

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