He estado ausente durante varios meses. Siento que
necesitaba un descanso. En este mes, el de mi cumpleaños terrestre, les
empezaré a atosigar con mis ideas nuevamente.
Hemos estado viviendo como en automático, sin darnos cuenta,
dejando que la vida nos vaya llevando sin rumbo. Nos encontramos inconscientes,
obedecemos o nos sometemos a los caprichos y deseos de los demás. No tenemos
voluntad propia, queremos complacer, queremos ser aceptados por la sociedad.
Cuando encontramos a una persona que nos gusta e interesa únicamente presentamos nuestro
lado agradable, el bonito. No nos analizamos y mostramos como realmente somos y
al paso del tiempo todo siempre sale a relucir.
O tal vez somos de los que egoístamente manejamos y
manipulamos a la gente a nuestra conveniencia. Somos controladores y queremos
que todo se haga a nuestro modo sin medir las consecuencias. Tenemos un
objetivo en mente y no importa cómo lo vamos a lograr.
Las relaciones humanas son complicadas, deberíamos aprender
de nuestras mascotas, aman sin condición y nos aceptan tal y como somos, nos
conocen en las buenas y en las malas. La vida es simple cuando vivimos desde el
punto del amor, de la comprensión, de la tolerancia, de la paciencia, del perdón. La vida
nos compensará cualquier acción que emprendamos, siempre con la misma moneda.
Si hacemos las cosas con optimismo, confianza, certeza, cualquier cosa que
hagamos será recíproca. Si actuamos con miedo, y no me refiero al miedo físico
me refiero a la incertidumbre emocional, estamos en cierta forma bloqueando los
resultados que en realidad esperamos.
Nuestro propósito en la vida es ser felices y ayudar a los
demás a realizar sus sueños y ser felices también. Alentar y crear un ambiente
a nuestro alrededor donde brille la alegría y el éxito. Al paso de los años
vamos aprendiendo que lo que en realidad vale la pena es
nuestra paz y el amor que vive dentro de cada uno de nosotros. Las cosas
materiales traen felicidad momentánea y si nos dejamos envolver en esa felicidad
nunca estaremos satisfechos, siempre vamos a querer más y más y nos volvemos
esclavos del materialismo.
Creo que debemos abrir nuestra mente y nuestro corazón, y analizarnos, un poco
cada día. Qué patrones estamos siguiendo, cómo reaccionamos a las situaciones,
qué es lo que queremos lograr, cómo queremos compartir nuestra vida y nuestros
sentimientos. Vale la pena el intento, nunca nos arrepentiremos de seguir a
nuestro corazón y dejar que nuestro Ser sea el que guíe nuestros pasos.
Cada
paso que demos será un peldaño hacia arriba en la escalera de la vida, cada experiencia, cada reto nos ha forjado y lo que somos es el resultado de la suma de todo lo vivido. La
escalera por la que vamos elevándonos es la que nos llevará hacia nuestro Creador.
Nunca olvidemos que el agradecimiento cambia nuestra
perspectiva. Un corazón agradecido siempre estará lleno de amor y optimismo
hacia un mundo mejor.
AMOR Y AGRADECIMIENTO 24/7/365
CON AMOR,
PATRICIA
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