A cuantas situaciones nos enfrentamos todos los días, a cada
momento nos vemos rodeados de acontecimientos en los que debemos tomar una
decisión. Cuando nuestros planes se ven afectados empezamos a sentirnos que no
nos toman en cuenta, que no estamos dentro de sus preferencias.
Momentáneamente
perdemos el sentido y nos alejamos del Amor. Nos olvidamos que las decisiones
de los demás son SUS decisiones y muchas veces no nos incluyen, incontables
veces nos minimizamos. Nos desviamos de nuestra felicidad. Vivimos limitados
por ideas ajenas dejando que obstruyan la paz interior.
Perdemos de vista nuestro valor.
Como bien dice el dicho, cada cabeza es un mundo y es muy
cierto. Lo que mi mente percibe como mi mundo es muy diferente al mundo de los
demás. Podremos conocer muy bien a las personas, a nuestros hijos y padres,
pero la percepción del mundo es muy individual. Nuestras mentes están guiadas
por el espíritu y por lo que elegimos experimentar.
La comunicación es
sumamente importante en las relaciones humanas y nuestras vidas están
entrelazadas por lo que hay que mantener siempre presente nuestro propósito. Si
queremos vida familiar, tenemos que aprender a respetar y guiar a las personas
que forman parte de este círculo. Si queremos éxito en los negocios, no debemos
perder de vista el bienestar común. Si queremos una vida de pareja que sea duradera,
nuestro enfoque es diferente y este incluye comprensión y respeto.
Lo que nunca debe olvidarse es que todo debe estar basado en
el amor que tengamos a las personas, a nuestro trabajo, a nuestras relaciones.
Es algo difícil tener esto presente sobre todo cuando las cosas no salen como
las planeamos, pero es algo que debemos aprender a sobrellevar. Aceptar
las situaciones tal y como se presenten sin permitir que hagamos o nos hagan
daño.
Nunca, nunca, debemos perder de vista nuestro valor. Somos
seres perfectos y muy susceptibles. Fácilmente nos dejamos llevar por criticas y juicios. Debemos ser fuertes y siempre recordar que lo que está dentro de
nosotros es lo que realmente vale. Siempre tendremos opciones para elegir qué
camino seguir, nuestra elección debe ser basada en nuestra intuición. Nuestra
intuición es nuestro espíritu hablándonos al oído. Hagamos una pausa, respiremos profundo y escuchemos.
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