jueves, 3 de marzo de 2016

¡Yo lo valgo!




A cuantas situaciones nos enfrentamos todos los días, a cada momento nos vemos rodeados de acontecimientos en los que debemos tomar una decisión. Cuando nuestros planes se ven afectados empezamos a sentirnos que no nos toman en cuenta, que no estamos dentro de sus preferencias. 

Momentáneamente perdemos el sentido y nos alejamos del Amor. Nos olvidamos que las decisiones de los demás son SUS decisiones y muchas veces no nos incluyen, incontables veces nos minimizamos. Nos desviamos de nuestra felicidad. Vivimos limitados por ideas ajenas dejando que obstruyan la paz interior.


Perdemos de vista nuestro valor.

Como bien dice el dicho, cada cabeza es un mundo y es muy cierto. Lo que mi mente percibe como mi mundo es muy diferente al mundo de los demás. Podremos conocer muy bien a las personas, a nuestros hijos y padres, pero la percepción del mundo es muy individual. Nuestras mentes están guiadas por el espíritu y por lo que elegimos experimentar. 

La comunicación es sumamente importante en las relaciones humanas y nuestras vidas están entrelazadas por lo que hay que mantener siempre presente nuestro propósito. Si queremos vida familiar, tenemos que aprender a respetar y guiar a las personas que forman parte de este círculo. Si queremos éxito en los negocios, no debemos perder de vista el bienestar común. Si queremos una vida de pareja que sea duradera, nuestro enfoque es diferente y este incluye comprensión y respeto.


Lo que nunca debe olvidarse es que todo debe estar basado en el amor que tengamos a las personas, a nuestro trabajo, a nuestras relaciones. Es algo difícil tener esto presente sobre todo cuando las cosas no salen como las planeamos, pero es algo que debemos aprender a sobrellevar. Aceptar las situaciones tal y como se presenten sin permitir que hagamos o nos hagan daño.


Nunca, nunca, debemos perder de vista nuestro valor. Somos seres perfectos y muy susceptibles. Fácilmente nos dejamos llevar por criticas y juicios. Debemos ser fuertes y siempre recordar que lo que está dentro de nosotros es lo que realmente vale. Siempre tendremos opciones para elegir qué camino seguir, nuestra elección debe ser basada en nuestra intuición. Nuestra intuición es nuestro espíritu hablándonos al oído. Hagamos una pausa, respiremos profundo y escuchemos. 




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