Durante toda
nuestra vida nos hemos visto envueltos en un mundo material sin ver lo que hay
más allá. Desde pequeños vemos tantos productos y la mercadotecnia nos convence
que tener mucho nos hará felices. Crecemos recibiendo regalos por lo que
hacemos bien y castigos por lo contrario. Amigos, familiares, conocidos ¡tienen más que
yo! En la escuela, ser los que nos sacamos las excelencias es lo que importa. Nos
presentan modelos de lo que es bello, lo que es perfecto, ¿a los ojos de quién?. Poco a poco se va
transformando nuestro pensamiento, deformando la realidad y vamos dejando atrás la felicidad.
Crecemos físicamente
y trabajamos por lograr y tener lo que queríamos y no teníamos anteriormente. Nuestro
objetivo es tener más que los demás. Ser más bello/a que los demás.
Nos
enfocamos a tener y no en ser. Dejamos atrás lo que en realidad nos hace sentir
y vibrar. Nos preocupamos por pagar y tener y no en lo que nos hace felices.
Al final nos
sentimos satisfechos por nuestra apariencia y nuestras pertenencias, pero ¿cómo
estás por dentro?
Nuestra
mente nos engaña constantemente, pensamos que estamos felices y nunca estaremos
del todo bien, algo falta. Vivimos dentro de una nube de ilusiones, de deseos, de placeres.
Pregúntate, ¿qué es lo más preciado para mí?
El trayecto
que estamos recorriendo en la tierra está encaminado a ser felices. Ese es
nuestro propósito. Todo pensamiento que pasa por nuestra cabeza es el inicio de
la realidad que se manifestará ante nuestros ojos. Recuerda detenidamente en
como tu vida se convirtió en tu realidad actual, todo empezó por un
pensamiento.
No debemos olvidar que este trayecto debe estar pavimentado de
felicidad, de amor, de ayuda. Nuestros pasos serán más ligeros y con menos
piedras en el camino. Cuando vemos a través de los ojos del amor los obstáculos
se derriban y percibimos las cosas más brillantes.
Dediquemos
unos momentos diariamente a agradecer por todo, a ver los milagros que nos
rodean, la naturaleza que nos brinda su belleza. Dentro del mundo de concreto y
asfalto también encontraremos algún lugar, todo es cuestión de abrir los ojos y
la mente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario