Este curso nos va cambiando la forma de ver. Cómo vemos al
mundo y lo más importante, cómo nos vemos a nosotros mismos. Poco a poco nos va
dirigiendo hacia lo que realmente es importante en nuestras vidas. Poco a poco
vamos desempolvando nuestra mente y abriéndola hacia una nueva visión. He
tomado este curso en varias ocasiones y siempre es nuevo, descubro algo
diferente, siempre encuentro personas que amplían las ideas.
La lección de hoy es muy bonita. Nos habla de que al ser
hijos de Dios somos seres benditos. Nos abre la puerta a darnos cuenta de que
por sólo este simple hecho merecemos tenerlo todo. Todos nuestros días son santos cuando nos
enfocamos a verlos con los ojos del amor, a través de los ojos de nuestro Creador.
Cuando confiamos plenamente en cómo se va desarrollando
nuestra vida y que tenemos todo el derecho a los milagros, nos damos cuenta de que
éstos están presentes en cada momento. Todo es un milagro.
Dediquemos durante el día algunos minutos para percatarnos
de esos milagros, todas las bendiciones que nos rodean sin importar los
obstáculos que se nos presenten, veamos cuántas oportunidades existen y cuanta
gente nos aprecia. Pensemos que somos seres benditos por ser hijos de Dios.
Hagamos de esta práctica una rutina.
Compartamos esta alegría de conocer que todos somos Uno, Uno
con el Creador, Uno con la humanidad entera, Uno con la naturaleza, Uno porque Él nos creó. Al
compartir nuestra felicidad estamos amplificando nuestra visión y los milagros
que están ahí para que los disfrutemos.
Cambiemos nuestros pensamientos, al hacerlo estamos
cambiando el mundo que nos rodea, cambiamos nuestra vida, cambiamos nuestro
entorno. Como dice el lema de Mike Dooley: Los pensamientos se convierten en
cosas, escoge los buenos, “Thoughts become things, choose the good ones.”©.
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