lunes, 3 de septiembre de 2018

Mi existencia





¿Alguna vez te has puesto a considerar cómo sería el mundo sin tu presencia?

Imagínate flotando en el espacio viendo la tierra, el entorno donde naciste y creciste. Tus relaciones ya sean familiares, amistades, sentimentales.

Cómo sería todo si tú no existieras.

Empecemos por la familia. Tus padres, ¿tienes hermanos? Si no los tienes, cómo sería su vida. ¿Cómo has influido en su vida? ¿Les has dado alegrías y problemas?, si no estuvieras ¿qué estarían haciendo? Tus hermanos, ¿serían los mismos, su carácter y reacciones serían muy diferentes? Si estás casado/a, ¿cómo habría sido su vida, estaría casado/a, con quién?

Piensa en los acontecimientos que han marcado tu vida. Las personas con las que has interactuado.

Definitivamente hemos influido en la vida de mucha gente, directa o indirectamente, nos hemos involucrado en miles de acontecimientos y situaciones. Hemos aprendido mucho y hemos enseñado mucho. Las relaciones humanas son muy importantes, nos han hecho ver el mundo con muchos matices y puntos de vista. Nos han ido formando hasta llegar a ser y estar en donde actualmente estamos.

¿Y todo esto ha tenido algún propósito?

Claro que sí, cada respiración, cada suspiro, cada sueño, cada acción, todo tiene un propósito. Conocernos y acercarnos más a descubrir nuestra naturaleza. Somos seres hechos de amor y nuestra misión es expandir ese amor para hacer de este mundo el lugar ideal para vivir, llegar a la paz y compartirla con todos. Ayudarnos en todo lo que nos sea posible, material y espiritualmente.


Todos son nuestros hermanos, todos son nuestros hijos, todos son nuestros padres, cada ser humano interiormente es igual a ti, con sueños, ilusiones, alegrías y más. Exteriormente tenemos diferente carrocería, algunos son Rolls-Royce, otros son bochitos, pero interiormente todos llevamos el motor que nos mueve. Ese motor es el amor.

Practiquemos amar todo, todos los días. El aire, la lluvia, las piedras, el calor, el frío, las sonrisas, a cada persona con la que nos crucemos sin importar su apariencia.

Ah, y muy importante, no olvidemos agradecer. También por todo, alegrías, tristezas, risas, contratiempos, y por todo lo que amamos.